¿Te suena?
También conocida como Crisis de los semiconductores, es una una crisis muy real que está sacudiendo al mundo desde hace varios meses y afecta de forma directa e indirecta a infinidad de industrias como si de un efecto dominó se tratase. Y desde luego, la industria automovilística no ha sido una excepción.
Te lo explicamos rápido: La fabricación de microchips y microprocesadores es compleja y está casi monopolizada por Taiwán y Corea del sur. Mientras que la capacidad de producción se ha mantenido estable a lo largo de los años o ha tenido un muy leve incremento, la demanda ha crecido de una forma sin precedentes en los últimos años… y lo sigue haciendo. Esto ha provocando que la fabricación de estos microchips o semiconductores no pueda dar a basto ante una demanda que no para de crecer.
Ordenadores, videoconsolas, smartphones o incluso coches cada vez más inteligentes requieren de estos componentes para funcionar. En lo que se refiere a la industria automovilística el impacto ha sido muy fuerte y poco previsible, lo cual tiene una explicación:
Durante la crisis de la Covid-19 la venta de automóviles cayó en picado, recortando e incluso llegando a paralizar su producción. Esto hizo que la demanda de estos microchips disminuyera por parte de la industria del automóvil y aumentara de forma paralela con la venta de dispositivos electrónicos para teletrabajar, creciendo como nunca antes se había visto.
Este hecho hizo que las líneas de producción de las fábricas de microchips cambiaran para satisfacer la nueva demanda.
De vuelta a la “normalidad” y con el incremento de la venta de vehículos, la industria automovilística contaba con tener la misma capacidad para obtener estos bienes tan necesarios para sus coches… y aquí el error.
Las fábricas de microchips ya no podían cumplir los plazos con los que antes no tenían problema, viéndose superados por la demanda y creando retrasos de meses en las entregas, conllevando tremendos retrasos en las líneas de producción de vehículos. Esto ha provocado que el mercado del sector del automóvil esté dando plazos de entrega de vehículos nuevos a más de un año, que a su vez produce un aumento de la demanda de vehículos seminuevos y de ocasión conllevando el aumento de los precios de éstos.
Podríamos entender que entonces la solución es producir más microchips, ¿verdad? ¿y por qué no se está haciendo?
De hecho, se está haciendo y al máximo de su capacidad. Las fábricas están produciendo 24 horas los 7 días de la semana. Pero sigue sin ser suficiente para satisfacer la actual demanda. Hay que tener en cuenta que la producción de semiconductores necesita de 3 a 4 meses debido a los procesos químicos que se llevan a cabo para poder fabricarlos.
Y construir más fábricas tampoco es una tarea sencilla. Se necesitan entre 18 y 24 meses para abrir una planta de semiconductores después de comenzar a construirla, además del tiempo que se tarde en ajustar la producción.
Expertos coinciden en que no hay una solución a corto o medio plazo, y que el mercado no será capaz de autorregularse hasta bien entrado el 2022.
A pesar de que este problema pueda afectar a Bipi, nos esforzamos para que las reservas y entregas de vehículos sigan siendo inmediatas y que nuestros clientes se vean afectados lo menos posible.
Queremos seguir llegando a nuestros estándares de calidad, y gracias a que nuestro servicio es 100% digital y cercano a nuestro cliente, podemos asegurarnos la agilidad del proceso de reserva y entrega de su coche.
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